Un fragmento de los “Recuerdos
del porvenir”, recomiendo todo lo que puedan encontrar de ella,
es una verdadera maga esta mujer.
Así volvimos a los días oscuros. El juego de la muerte se
jugaba con minuciosidad: vecinos y militares no hacía sino urdir muertes e
intrigas. Yo miraba sus idas y venidas con tristeza. Hubiera querido llevarlos a pasear por mi memoria para que
vieran a las generaciones ya muertas: nada quedaba de sus lágrimas y duelos. Extraviados
en sí mismos, ignoraban que una vida no basta para descubrir los infinitos
sabores de la menta, las luces de una noche o la multitud de colores de que están
hechos los colores, una generación sucede
a la otra, y cada una repite los actos de la anterior. Solo un instante antes
de morir descubren que era posible soñar y dibujar el mundo a su manera, para
luego despertar y empezar un dibujo diferente. Y descubren también que hubo un
tiempo en que pudieron poseer el viaje inmóvil de los árboles y la navegación de
las estrellas, y recuerdan el lenguaje cifrado de los animales y las ciudades
abiertas en el aire por los pájaros. Durante unos segundos vuelven
a las horas que guardan su infancia y el olor de las hierbas, pero ya es
tarde y tienen que decir adiós y descubren que en un rincón esta su vida esperándoles
y sus ojos se abren al paisaje sombrío de sus disputas y crímenes y se van
asombradas del dibujo que hicieron con sus años. Y vienen otras generaciones a
repetir sus mismos gestos y su mismo asombro final. Y así las seguiré viendo a través
de los siglos, hasta el día en que no sea ni siquiera un montón de polvo y los
hombres que pasen por aquí no tengan ni memoria de que fui Ixtepec.
-Elena Garro-