lunes, 2 de mayo de 2011

Alma nueva

en el momento adecuado, este poema golpea...  





               
Refrené mis ansias de conocerlo todo...
Hoy gusto de ir sin brújula, extraviado el camino,
con la frente a los cierzos y los pies en el lodo;
sin brújula y a tientas,
sin rumbo ni destino,
ignorando qué auroras, sin saber qué tormentas
me depara el misterio vespertino.

Más quiero sentir todo a manera de un vasto
corazón en mitad del universo,
mientras, allá en el fondo de mi vida, en el casto
silencio de la noche, se oye la voz de un verso...

Y sentir que mi pecho, donde caben
tantas contradicciones misteriosas,
palpita de emoción... Como las rosas
que a todo tiemblan, y que nada saben.

ENRIQUE GONZÁLEZ MARTÍNEZ